El tió de Nadal es una tradición de origen rural y precristiano arraigada en Cataluña y Aragón​ que representa originalmente el tronco que ardía en el hogar para dar calor y luz en los meses de invierno. Con el paso del tiempo, ha evolucionado hasta convertirse en una fiesta infantil con regalos el día de Navidad.

¿Has visto alguna vez cagar regalos a un tronco de Navidad? ¿A qué viene esa cara de sorpresa? Los troncos cagan regalos en la misma fecha que hombres de aspecto dudoso descienden por las chimeneas.  A algunos nos criaron pensando que debajo de nuestros árboles, la noche de Navidad, un hombre de barba vestido de rojo y con duendes verdes asistiéndole dejaba los regalos que queríamos, o no, según cómo nos habíamos portado. Al más puro estilo del mentalista.

En la misma festividad pero en Cataluña, el que deja regalos es un tronco de árbol decorado con una barretina y una cara sonriente, sin olvidar la manta que lo cubre para protegerlo del frío. A este simpático tronquito se le da de comer durante la práctica totalidad del mes de Diciembre hasta que el día de Nochebuena se le “ayuda” a cagar los regalos debajo de la manta. ¿Qué cómo se le ayuda? Pues con un palo, para “animarlo” a deshacer su estreñimiento. Ya lo explica el famoso dicho popular “A grandes males, grandes remedios”.